Los artesanos
Jamones Nevadensis es el sueño de JOAQUÍN GALLEGOS, nacido y criado en el pueblo de Trevélez

La punta de lanza de Sierra Nevada, donde las cumbres tocan el cielo y el aire puro acaricia las montañas.
Joaquín, tras hacerse cargo de un pequeño hotel de gestión familiar, emprendió la compra del primer secadero de jamones, lo que significó el punto de origen de Jamones Nevadensis, allá por 1993.
Con tan solo 20 años, Joaquín se sumergió en la tradición centenaria del Jamón de Trevélez. En 2001, funda Jamones Nevadensis, tomando el nombre de una planta endémica de estas tierras: el azafrán blanco de montaña (Crucus Nevadensis), símbolo de nuestras raíces y de la pureza que define cada uno de nuestros productos.
El perfilado es el arte donde se da la forma precisa al jamón antes de comenzar su curación, eliminando sólo la grasa subcutánea precisa, y dejando la necesaria para asegurar que la carne y la grasa se distribuyan de manera uniforme.
Luis Quirantes es el Encargado de la salazón de los jamones
El salado, en el que solo utilizamos sal marina en su justa medida, es un proceso delicado que influye directamente en el sabor y calidad final del jamón. Es aquí donde empieza a gestarse su carácter, asegurando que el jamón adquiera la cantidad justa de sal para su conservación sin perder su dulzura natural.
Cada pieza de Jamón que producimos sigue las mismas técnicas artesanales, curadas bajo el paraguas que proporciona la pureza del aire limpio de Sierra Nevada. No se utiliza ningún aditivos ni conservantes añadidos, como son los nitratos y nitritos sódicos.

Sólo sal marina, garantizando así un producto saludable, natural sin ningún Alérgeno (Lactosa o Gluten por citar lo más destacados) y por defecto delicioso.